OZONO

El ozono es una forma alotrópica del oxígeno, en la que la doble unión entre átomos del estado natural, se rompe mediante la absorción de un “quantum” de energía de longitud de onda apropiada, permitiendo incorporar un tercer átomo, inestable por naturaleza. En poco tiempo, la molécula de ozono tiende a perder uno de sus componentes, cerrándose nuevamente en una molécula de dos oxígenos, nuevamente estable. El átomo “perdido” queda con carga eléctrica y su actividad oxidativa es una de las más importantes de la naturaleza.

Dicha propiedad oxidativa funciona como un imán, y atrae a los microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos, esporas, moléculas de olor) que tienen carga positiva, y al chocar, son destruidos casi de forma inmediata. El Ozono en este proceso, también se descompone, volviendo a su estado de origen – el oxígeno – no dejando de esta manera ningún residuo tras su utilización. Además, por su corta vida, no puede almacenarse para su transporte como ocurre con cualquier otro gas. En consecuencia, el Ozono debe ser generado en el sitio y utilizado inmediatamente.

BENEFICIOS

  • Acción desinfectante en corto tiempo y a muy bajas concentraciones.
  • No deja ningún tipo de residuo ni utiliza sustancias químicas en su aplicación.
  • Proporciona un ambiente sano, limpio y fresco.
  • Puede usarse en cualquier ambiente sin presencia de personas ni animales, donde sea necesaria una desinfección rápida y eficaz.
  • En una comparativa entre la eficacia desinfectante del ozono y el cloro, basada en un 99.99% de microbios eliminados en un mismo tiempo de contacto y a concentraciones iguales, se comprueba que el ozono es:
    • 25 veces más efectivo que el HClO (Ácido Hipocloroso)
    • 500 veces más efectivo que el OCl (Hipoclorito)
    • 5000 veces más efectivo que NH2Cl (Cloramina)

ACCIÓN MICROBICIDA

Es la propiedad más importante del ozono y por la que más ampliamente es utilizado. Dado que el concepto microbio es muy amplio, abarcando básicamente toda forma de vida que no sea visible a simple vista y que requiera del uso de un microscopio para ser observado, englobamos dentro de él tanto a bacterias, como a virus, hongos o esporas.

Estos microorganismos, que llamamos patógenos por su capacidad de provocar enfermedades contagiosas, han sido una gran preocupación desde el momento en que fueron descubiertos y se ha recurrido a muchos métodos químicos para combatirlos.

El ozono, comparado con otras sustancias y métodos químicos, puede ser considerado como el agente microbicida más rápido y eficaz que se conoce y su acción antiséptica posee un amplio espectro que engloba a la mayoría de los microbios antes citados.

  • Efecto esporicida

    Existen algunos hongos y bacterias que cuando las condiciones son adversas para su desarrollo o reproducción, fabrican una gruesa envoltura alrededor de ellas y paralizan su actividad metabólica, permaneciendo en estado latente. Cuando las condiciones para la supervivencia vuelven a ser favorables su metabolismo recupera la actividad.

    Estas formas de resistencia se conocen como esporas y son típicas de bacterias tan patógenas como las que provocan el tétanos, la gangrena, el botulismo ó el ántrax.

    Este tipo de mecanismo de resistencia hace muy difícil luchar contra ellas y, tratamientos útiles en otros casos como las altas temperaturas y multitud de antimicrobianos, se vuelven ineficaces. Con la ozonización del medio en el que sobreviven son eliminados radicalmente.

    Efecto viricida

    Los virus, hoy considerados frontera entre los seres vivos y la materia inerte, no son capaces de vivir ni de reproducirse si no es parasitando células, a las que ocasiona su destrucción.

    A diferencia de las bacterias, los virus siempre son nocivos y provocan enfermedades tan comunes como la gripe, el catarro, el sarampión, la viruela, la varicela, la rubéola, la poliomielitis, el SIDA (VIH), la hepatitis, etc.

    El ozono actúa sobre ellos oxidando las proteínas de su envoltura y modificando su estructura tridimensional impidiendo así, que el virus pueda unirse a ninguna célula hospedadora por no reconocer su punto de anclaje, y al encontrarse desprotegido no puede reproducirse y muere.

    Acción de eliminación de Ácaros

    Los ácaros son microorganismo de la familia de los arácnidos que habitan en nuestros hogares sin siquiera percibirlos, sobre todo en colchones y almohadas. Los ácaros muertos y sus excrementos suelen producir alergias y otras afecciones como asma o rinitis.

    Además de una buena ventilación, los tratamientos basados en ozono aplicados a colchones, almohadas y otros lugares en donde puedan proliferar los ácaros ayudan a combatirlos y a evitar los molestos síntomas de las alergias y de las otras afecciones que producen.

    Efecto bactericida

    Una de las ventajas más importantes del ozono con respecto a otros bactericidas es que este efecto se pone de manifiesto a bajas concentraciones (0,01 p.p.m. o menos) y durante periodos de exposición muy cortos es perfectamente observable un efecto bacteriostático.

    Diversos estudios sugieren que una correcta desinfección con ozono elimina > 90% de las bacterias en el aire. Puesto que también se ha planteado que los virus son más susceptibles al ozono que las bacterias, podría asumirse que se eliminarían en su totalidad; algunos estudios sugieren que, en condiciones de laboratorio, puede eliminar > 99% de los virus en tan solo 20 segundos

    Efecto fungicida

    Existen ciertos tipos de hongos que tienen capacidad de provocar enfermedades, otros son capaces de ocasionar alteraciones en nuestros alimentos haciéndolos inaceptables para su consumo, como es el caso, del moho.

    Con el uso del ozono eliminaremos estas formas patógenas, cuyas esporas están en todo tipo de ambientes, evitando también posibles daños celulares.

    Acción desodorante

    Es una de las propiedades fácilmente comprobable con el uso de pocos minutos de un generador de ozono encendido.

    El ozono posee la propiedad de destruir olores atacando directamente sobre la causa que los produce, sin añadir ningún componente químico. Genera un olor aséptico en el ambiente empleado.